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Mi primer contacto

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Mi primer contacto
Hola chicos, soy nueva aquí. Y para irnos conociendo les platico mi historia.

Como muchas de nosotras, desde temprana edad nos gustaba jugar de forma distinta que los hombres, y robar ropa de la hermana o de mamá. Este sentimiento también lo tuve de chiquita pero nunca trascendió hasta que en la secundaría y con la pubertad tuve la gran necesidad interna de vestirme. Así que comencé a robar prendas cuando iba al tianguis e incluso compré lencería en los fabulosos mercados del DF. Es impresionante que encuentras de todo y bien barato. Además nadie sospecha cuando la consigues en la paca. Eso si, necesitas lavarla muy bien antes de usarla.
Así poco a poco fui consiguiendo un closet fabuloso, tenia desde jeans que te levantan las nalgas, blusitas que tienen un escote hermoso, faldas de colegiala y hasta minifaldas de mezclilla. De ropa interior conseguí cacheteros de encaje y tangas. También me hice de un corset con liguero que me hace ver con una figura hermosa.
Total, soy fanática de usar los jeans, y debajo tener mis medias sujetas al liguero, y a veces usar el.corset, arriba una playera o blusa.

Una vez conseguido mi atuendo comencé a jugar con mi colita, y para ello usaba zanahorias o cualquier cosa que tuviera forma de pene y me permitiera montarlo con facilidad, pues lo gran fantasía siempre ha sido montar a mi macho intensamente hasta exprimir la ultima gota de semen.

No me había dado cuenta que mi actitud cambiaba también y fui creciendo, pero siempre me dio miedo expresarlo en público y a la fecha sigo siendo de closet. Hasta hace poco tiempo, no me hubiera imaginado entrar a paginas como esta y abrir una cuenta sino fuera por Alan, un chico de mi trabajo que de conocerme comenzó a sospechar que tenia un delicioso secreto guardado.
Alan es el típico compañero de oficina que es un empleado renegado, le gustaba llegar tarde y contradecir a nuestro jefe. A la hora de la comida siempre coincidíamos y hablábamos de fútbol e incluso de mujeres, cómo nos gustaba que se vistieran y , creo que fue ahí donde poco a poco descubrió que me encanta trasvestirme en secreto, pues siempre le decía como se llamaban las prendas, las tallas y equivalencias para los hombres y el maquillaje. Un día lluvioso mientras comíamos vimos por la ventana de la oficina como una compañera se mojaba, llevaba puesta una falda hermosa y unos tacones altísimos, su blusa negra tenia un escote donde se mostraba el nacimiento de dos pequeños pero tiernos pechos y en medio, un collar monisimo. Senti envidia y Alan al ver mi cara me preguntó: si fueras mujer cómo te vestirías. A lo que contesté emocionada: pues para venir a trabajar me pondria un pantalón bien pegadito de color azul, con unos tacones abiertos para mostrar mi pie y un poco altos para aguantar el trabajo. Mi blusa sería de color guinda y bien justita a la cintura, un poco corta para dejar ver mi piel, no mucho para dejar que los hombres imaginen lo demás. Cuando volteé a ver a Alan, tenia una cara de incredulidad y me dijo: se me hace que te vistes de mujer en las noches; reimos un poco y volvimos a chambear no sin sentir que me había delatado y tener nervios que me empezara a m*****ar con algo que era verdad!
Al día siguiente, fue un jueves, a la hora de la comida me informó que el dia siguiente, viernes, era el ultimo dia en la empresa, pues nuestro jefe ya se había cansado de él. Cuando salimos a fumar un cigarro se me acercó y me susurró: yo se que tu eres mas de lo que muestras, no estaría mal que me despidieras como eres, una niña sumisa y bien putita. Yo me ruborice al instante y comencé a negar todo: de que estas hablando. A lo que el contestaba: ya sabes!, apoco creías que ibas a pasar desapercibida después de 4 meses comiendo y platicando de mujeres a la hora de la comida, se te notaba que querías ser como ellas. Además, siempre tienes las manos cuidadas y no me sorprendería que hasta te depilaras todita y cuides de tus pies.
Al decirme todo esto me ruborice y no supe que contestarle, solo pude decir: es hora de trabajar

En la noche, no podía dormir de pensar en todo lo que había pasado, pero noté que estaba súper excitada y me vestí de niña. Me puse unas medias blancas y mi faldita de colegiala. Una blusita blanca que me queda ligeramente grande para amarrarlo a mi cintura y le saqué brillo a uno de mis dildos preferidos, lo coloqué sobre una silla e imaginaba que montaba a Alan en la oficina. Cuando llegué al orgasmo, fue tan fuerte que casi me voy de rodillas con todo y pito de plástico en la cola. Toda la noche me temblaron las piernas y me di cuenta que si esto era capaz de hacer el pensar en un chico que sabia mi secreto y me propusiera un encuentro, aunque sin decirme de que manera, entonces debía dar el siguiente paso para disfrutar de mi sexualidad secreta aun mas. Pero tenia mucho miedo. Casi no pude dormir.

al día siguiente me desperté con la sorpresa que la cama estaba húmeda, tuve seguramente sueños húmedos con él, pensé que esto solo me pasaría en mi pubertad. Cuando me metí a bañar mi cabeza dio un giro total y sin pensarlo me hice un lavado rápido y me depilé los pocos vellos que habían crecido de la ultima depilada de mis piernas y me retoqué mi bello púbico. Los viernes se acostumbra a usar en las oficinas de México, ropa casual, porlo que me puse unos jeans de hombre pero abajo llegaba puesto mi liguero con medias negras y encaje, me puse una tanga roja y encima un cachetero negro para que apretara bien mi clítoris y no se notara. Arriba me puse un corselette y una playera de hombre. Como es tiempo de lluvias me puse mi chamarra y no se notaba nadita lo que traía puesto. En mi mochila rápidamente metí unos tacones tipo sandalia y unos jeans de los que levantan las nalgas. También metí un rimel, labial de un color rojo quemadito, y un lápiz delineador. La putita ya estaba lista.

Cuando llegué al trabajo, ahi estaba Alan, con una caja recogiendo sus pertenencia y entregando su informe de como dejaba la chamba. Yo estaba nerviosa porque no sabia que estaba dispuesta a hacer. De nuevo sin pensarlo, fui con la señora de la limpieza media hira antes de la comida, y la llave del cuarto de servicio. La perra que llevo dentro planeó todo tan rápido: a la hora de la comida llevo a Alan al cuarto de servicio, aprovechando que la señora también va a comer y me entrego toda para darle su despedida. Ni tarde ni perezosa al tener la llave en mi poder con el pretexto de evitarle trabajo pues según ha la derramado cafe en mi escritorio, le aventé un papelito a Alan: me descubriste, te mreces tu despedida. A la hira de la comida, en el cuarto de servicio del tercer piso. Cuando leyó ésto, se asomó a mi cubo y le verte el ojo de manera coqueta.

El cuarto de servicio se encuentra en las escaleras, y como hay ascensor, casi nadie pasa por ahi. Llego la hora de comida y yo me fui rapido al pequeño cuarto. Como pude acomode una cubeta a modo de silla y rápidamente me puse mis jeans de niña y mis tacones, saque un espejito que también traje y me maquillé. Pasaron 20 minutos y pensé que Alan se había arrepentido, y me sentía fatal, una pendeja, y ahora tenia miedo que me delatara con toda la oficina. Pero en eso se escuchó que tocó la puertA: samantha, soy yo, alan. Déjame pasar. Nunca había pensado en mi nombre de mujer y el a la primera me había bautizado! Fue genial y mi corazón latia horrores! Estaba excitada y mi clítoris estaba súper contenido bajo las dos prendas de niña que llevaba. Cuando le abrí, lo jalé rápidamente y cerre con llave, se sento en la cubeta: vaya vaya vaya! Que bien te ves! De saber todo eso que tenias guardadito ya te habría hecho mío. A lo que contesté: esque este es tu regalo de despedida. En automático me incline y le empecé a morder su paquete, que de porsi ya estaba marcadisimo y el desabrocho su cinturón, se paró y me arrodille para bajarle su pantalón y unas truzas súper sexys que llevaba puesto. Su pene era un pene promedio, de 15 cm masomenos pero estaba tan excitado Alan que tenia la cabeza bien inflada y ya hasta babeaba. La comencé a lamer pero el no pudo y me agarro del cabello y me forzó a tragarla toda. Estaba riquísima, era una sensación deliciosa sentir su verga tan caliente y palpitante en mi interior, el comenzó a asirme y le dio ritmo a la mamada. Pero de pronto me levantó. La cintura y comenzó a acariciar mis nalgas. Yo mientras con una mano me sostenía a una de sus piernas y con la otra masturbaba a la vez que mamaba su verga. Era la primer mamada que daba y me perdió por completo! El comenzó a bajarme mi jeans hasta las rodillas, de tal manera que no podía abrir las piernas, se excitó tanto al ver un poco de mi liguero que senti como su pene se ensanchaba, señal de que su semen seria mío muy pronto, pero el muy cabron se controló y acaricio mis piernas y me nalgeaba, cuando bajó mi cachetero y vio tenga se excito mas y me dijo: eres mas puta de lo que imaginaba. Yo contesté: para ti papito, nunca sere lo suficientemente puta, te gusta como te la mamo? Y el me contestó con una nalgada tan fuerte y rica que gemí. Me hizo a un lado la tanga e introdujo un dedo de un golpe, no me había lubricado y senti un poco de dolor. Hasta ese momento repare que tenia unas manos de piel gruesa y tosca y unos dedos gruesos. Después me metió otro dedo y mientras los metía y sacaba no sin que sintiera dolor, yo tenía con su verga adentro hasta que ya no pudo mas me me metió un tercer dedo y me nalgueo tan fuerte que se la mame mas rapido y duro. Senti como explotaba su cabeza y toda su leche era entregada a mi boca. Me agarro del cuello para evitar que me lo sacara y escupiera su semen y lo trague. Después se sento y en eso tocaron la puerta. Rápidamente se subió el pantalón y cuando supimos que se había marchado con seguridad la señora, el se salió. Yo volví a echar llave y me puse de nuevo mi playera y chamarra, mi pantalón y mis zapatos. Me desmaquille rapido en la tarja del cuarto de lavado. Y salí a la oficina. La señora me estaba buscando para que le diera las llaves.

Dio la hora de salida y no vi a Alan. Me di cuenta que se había marchado antes. Lo espere al dia siguiente y las noches siguientes le daba brillo a mi dildo pensando en el y lo rico que seguro me cogería. Pero nunca regreso a la oficina y la pendeja que soy, nunca le pedi su teléfono.

Total, sigo virgen de pene de carne y hueso y seguiré siendo de closet menos aquí, tal vez alguien me pueda ligar y en una de esas me desvirgue sabroso, pero eso si, a Alan nadie lo suplirá.

Saludos mis chicos guapos!

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