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Después de más de dos años con mi EX

Después de más de dos años con mi EX
En mi primer relato cuento sin dar detalles que me divorcié en enero de 2010, había pasado por alto muchas infidelidades de Jesús (aquí nombre ficticio de mi ex-marido) e incluso tenía más que fundadas sospechas de que ocasionalmente tenía sexo con hombres también, no obstante fue él quien decidió acabar con nuestro matrimonio al estar manteniendo una relación con otra mujer que luego no llegó a consolidarse.
En octubre de 2012 se casaba el hijo de una hermana suya que a su vez es nuestro ahijado y naturalmente yo estaba invitada a la boda. Jesús se puso en contacto conmigo y a pesar de que hacía casi dos años que no teníamos relación alguna me propuso que asistiéramos juntos a la ceremonia y también él se encargó de reservar mi habitación en el Hotel Meliá Princesa, el mismo en el que se iba a alojar él.
Conociéndole bien acepté con la plena convicción de que la víspera de la ceremonia me invitaría a salir y con toda probabilidad iba a proponerme tener sexo; en algo más de dos años había conocido íntimamente a cerca de doscientas personas, hombres y mujeres, y sexualmente había experimentado casi de todo. Como pareja de sexo ya no me apetecía estar con él pero sin embargo, me superaba imaginar su reacción y como se iba a torturar cuando tuviéramos una sesión de sexo tal y como lo disfruto ahora, imaginaba las preguntas que me haría, las que por amor propio no se atrevería a hacerme y las que se haría así mismo. Imaginar esto me excitaba más que una noche de sexo con Carlos y uno de sus amigos.

Fuimos a Madrid en su coche, a las siete de la tarde del 19 de octubre de ese año llegamos al hotel. Pasó a recogerme a mi habitación a las ocho para invitarme a cenar y tomar después una copa. Su cara era un poema cuando le dije que había quedado con un amigo y no sabía el tiempo que estaría fuera, si acaso luego tomaríamos la copa en el bar del hotel pero no le precisé la hora a la que iba a llegar. Realmente en aquella época no conocía a nadie en Madrid y no tenía ninguna cita, pero cuando le hice pasar a mi habitación ya estaba maquillada de un modo algo exagerado y me había preocupado de que pudiera ver que llevaba una opa interior sexy con ligueros incluidos. Leí en su cara que deseaba preguntarme con quien había quedado, pero supo contenerse.
En realidad di un paseo por Madrid y luego cené tranquilamente, sola, y tome un café en una terraza de la Plaza Mayor; a las doce entraba en el hotel y le vi en la cafetería vigilando la puerta de entrada. Aparenté no haberle visto pero se acercó a mi cuando iba camino del ascensor. Acepté tomar una copa con él y nos sentamos en una mesa. Las preguntas normales, que tal la tarde, si lo había pasado bien…. etc, etc. leía en su cara que deseaba preguntarme si había estado en la cama con mi supuesto amigo pero se contenía; de forma sutil se atrevió finalmente. Trataba de llevar la conversación al tema de las relaciones de pareja y el sexo, me habló, no sé si siendo sincero, de sus ligues y novias ocasionales tratando de dar a entender que tenía una vida sexualmente muy activa y finalmente se decidió: directamente me preguntó: ” ¿Y tú? ¿lo llevas bien eso? ¿cuando has tenido sexo la última vez?

Me eché a reir, desde que empezamos la conversación me estaba preguntando cuando me haría esa pregunta y por supuesto mentí, aunque él lo imaginaba se quedó pálido cuando le dije casi con ordinariez que venía de echar un par de polvos con un amigo y necesitaba una ducha. Habíamos pedido una segunda copa y tras unos tensos minutos en los que Jesús no sabía que decir apuró el gin-tonic y decidimos irnos a “dormir”.
Apenas cruzamos dos palabras en el ascensor, él estaba pálido, incómodo y había perdido su natural facilidad de palabra. Fingiendo buscar la tarjeta para entrar en mi habitación abrí el bolso donde había guardado mi ropa interior que me había quitado en la cafetería antes de regresar al hotel. Hizo un comentario, casi grosero, sugiriendo si lo había hecho en la calle pero ahora si estaba segura de que el morbo y la excitación le estaban venciendo; cuando acerté a abrir la puerta de mi habitación me besó en la mejilla deseándome buenas noches, luego me besó en los labios al tiempo que preguntaba si le permitía pasar un rato, entré en mi habitación dejando la puerta abierta y comencé a quitarme la falda. Jesús la cerró a su espalda.

Se aproximó a mi por la espalda pasando sus manos por mis pechos y apretándose contra mi besándome en el cuello, estaba duro como un burro y en su excitación hasta sus caricias resultaban torpes; comencé a mojar, mi cerebro me decía que no me apetecía sexo con él y mucho menos satisfacerle pero necesito muy poco para excitarme y mi cuerpo me estaba pidiendo joder casi de una forma a****l y además necesitaba torturarle; quería follarle como una puta y dejarle bien claro que nunca más iba a follar conmigo.
No echamos desnudos sobe la cama, tras besarme y lamer mis pechos mientras su mano frotaba mi coño fue girándose has colocarnos en la posición del 69, yo tomaba y él sobre mi, lamiendo mi coño y moviéndose frotando la polla sobre mi cara esperando que iniciase una mamada. Suspiró profundamente cuando mete su polla en mi boca y le succioné unos segundos logrando que acelerase el movimiento de su lengua en mi clitoris; mis manos estaban sobre sus nalgas mientras lamía su verga y sus testículos, continué jugando con la lengua en ellos hasta alcanzar el perineo y después de unos segundos la hundí en su culo moviéndola en su interior. Paró inmediatamente de lamer mi coño, me hubiera gustado poder ver en ese instante su expresión en la cara y saber que estaba pasando por su cabeza, nunca le había hecho eso en 25 años de matrimonio y se estaría preguntando quién me había enseñado a hacer algo así…… creí que iba a correrse en ese instante pero tímidamente volvió a lamer mi coño disfrutando de mi lengua en su ano.
Volví a su polla, de nuevo la metí en la boca lamiendo y succionando mientras mis manos se aferraban a sus nalgas clavándole las uñas, estaba segura que tenía que estar haciéndole daño pero sus gemidos aumentaban y de vez en cuando dejaba de lamer mi coño disfrutando de mi boca y mis manos. Sin dejar de mamar su polla volví a jugar alrededor de su ano esta vez con mis dedos, volví a meter mi lengua ensalivando bien su ano y cuando volví a meterme su polla en la boca no me preocupó si pudiera hacerle daño, no supe diferenciar si su gemido era producto del placer o de las m*****ias que podía causarle cuando empujé despacio el dedo corazón de mi mano derecha se introdujo totalmente en su ano…. los moví repetidamente de dentro afuera y sentí como las venas de su polla se hinchaban y palpitaba dentro de mi boca segundos antes de que comenzara a descargar esperma en su interior, sus labios succionaban mi clítoris y de vez en cuando su lengua trataba de meterse totalmente en mi coño lamiendo su interior. Su orgasmo fue fuerte e intenso, su néctar comenzaba a salir por la comisura de mis labios y en lugar de tragar lo escupí sobre mi mano para extenderlo luego alrededor y dentro de su ano y volví a meter un dedo, esta vez metí el pulgar de mi mano derecha y entró con inusitada facilidad…. sin sacarlo, aproximé el dedo corazón de la mano derecha tratando de forzar su entrada y volví a sorprenderme viendo lo fácilmente que habían entrado los dos. Jugué unos instantes, el dedo pulgar se deslizaba hacia afuera mientras en corazón de la otra mano se metía hasta el fondo, y viceversa….. Jesús gemía como una puta en celo y entonces tuve la certeza de que mis sospechas eran ciertas: había tenido sexo con hombres y con toda seguridad le habían penetrado. Había visto a Carlos follar a mucho hombres y era capaz de diferenciar cuando uno de ellos era novicio.

Descansamos sobre la cama sin decirnos una palabra, me había corrido, pero seguía caliente y lo más importante, quería demostrarle que él no era ya suficiente para mi. Comencé a masturbarme. primero lentamente y luego como si me fuera la vida en ello; Jesús se acariciaba la polla tratando de ponerla dura otra vez mientras me miraba incrédulo. Me corrí de una forma escandalosa, gimiendo y gritando que me corría; me coloque a horcajadas sobre él con una pierna a cada lado de su cara y poniéndole el coño en la boca, volvió a lamer, me moví de manera que ahora era mi culo el que estaba colocando sobre su boca indicándole lo que quería. Mientras Jesús metía ahora su lengua en mi ano yo frotaba mi clítoris con una mano y giré la cabeza hacia atrás para ver su reacción; se estaba pajeando con su polla otra vez dura como un hierro, me fui deslizando sobre él y le besé en la boca mientras agarraba su polla y la ponía entre mis labios vaginales, cuando lo sintió dio un fuerte empujón con su pelvis y se metió dentro hasta que sus huevos rozaban mi entrepierna, me moví unas cuantas veces antes de hacerle salir y dejándole con cara de circunstancias, luego, volví a agarrar su polla dirigiéndola a mi ano y me fui sentando lentamente hasta que se introdujo dentro. Ahora si podía ver bien su cara, no daba crédito a lo que estaba haciendo; habíamos estado casi 25 años viviendo juntos y era la primera vez que me estaba follando el culo, la expresión de su cara me estaba poniendo más cachonda que su polla en mi culo, me movía sobre él de arriba abajo y haciendo movimientos circulares con mis nalgas mientras le decía todo tipo de obscenidades y que me follara como a una puta, Durante casi diez minutos fue totalmente mío, le follé como una guarra y veía en su cara los esfuerzos que estaba haciendo para aguantar sin correrse el mayor tiempo posible, con un grito ronco se vació dentro de ano aferrándose fuertemente con sus manos a mis nalgas y me dejé caer de lado sobre la cama cuando su polla flácida se salió de mi.
Tras unos minutos sobre la cama, uno junto a otro sin decirnos una palabra acertó a decirme que jamás había echado un polvo tan intenso, me reí y me preguntó si lo había pasado bien. Naturalmente que lo había pasado bien, pero no se lo iba a decir, quería continuar con mi juego y desde luego que me confesara sus intimidades. Sabía que en esta situación iba a contarme más de lo quería; le dije que si, que no había estado mal, pero que necesitaba mucho más…. otra vez su expresión incrédula, le dije (mintiendo a medias) que para quedar totalmente satisfecha ahora necesitaba follar durante horas y que a veces no era suficiente con un hombre solo. Jajajajaja, tenía que haberle hecho una foto de la expresión de su cara, aunque tampoco le mentía si que exageré un poco en algunos puntos antes de preguntarle directamente y con las palabras más crudas que se me ocurrieron si le habían follado. Entendió perfectamente la pregunta pero respondió que naturalmente, que tenía algunas amantes y follaba al menos un par de veces por semana, otra vez me reí, y fui más clara: le dije, y aquí añadí que también yo ahora tenía sexo ocasional con otras mujeres, que me refería a si algún hombre le había follado el culo alguna vez. Se quedó pálido, tartamudeaba y naturalmente lo negó; insistí, no me lo creía, mis dedos habían entrado fácilmente en su ano y había visto muchas a ves a uno de mis amantes follarse a otros hombres…….
Esto le descoloró totalmente, mi actitud en el sexo le había sorprendido, pero le estaba admitiendo que tenía sexo con más de un hombre a la vez y además con hombres gays o al menos bisexuales…… mientras hablábamos le acariciaba la polla y los huevos, la conversación le estaba excitando y yo notaba que lentamente iba cediendo… volví a chupársela, de vez en cuando paraba e insistía en mis preguntas al tiempo que le hacía nuevas confidencias verdaderas o inventadas sobre la marcha, estaba duro otra vez, sus brazos se estiraban para acariciar mis pechos o mi sexo y finalmente lo admitió, puntualizó algunas cosas que no llegué a creerme del todo, no había tenido sexo con hombres pero sí con transexuales…. le pregunté si le había follado y evitó la respuesta pero para mi ya era suficiente. Volvimos a follar otra vez, ahora pudo contenerse el tiempo suficiente para que fuera un polvo largo, bastante largo, alternaba su polla en mi coño y mi culo bombeándome durante unos cuarenta minutos más y arrancándome al menos dos orgasmos más, me había prometido a mi misma que no iba a volver a follar con él, pero mientras estaba yo a cuatro patas sobre la cama y él en pié junto a ella follándome como un poseso pensé que igual no era suficiente lo que había pasado esa noche, pensé que si aceptaba hacer un trío conmigo y con Carlos y ver com éste le follaba a lo mejor volvía a follar con mi ex.

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